NO IMPORTA

08/10/2020

Recientemente vi en cines "Lo que tú me das", la última entrevista de Pau Donés (cantante y compositor de Jarabe de Palo), que le hizo Jordi Évole sabiendo ya ambos que iba a morir de cáncer. De hecho, Pau falleció dos semanas después de la entrevista. La verdad es que, aparte de dolorosa, también es divertida, bonita, y con muchos mensajes para reflexionar respecto a la muerte, pero, sobre todo, acerca de la vida.

 

Dos días después de verla e inspirado por ella, probé a hacer el siguiente ejercicio de meditación-visualización con una de mis paciente: ella cerró los ojos, se concentró en su respiración y entonces le dije "Imagina que te han diagnosticado un cáncer terminal. Vas a morir. Solo te queda una semana de vida. ¿Cómo vivirías a partir de ese momento, cómo te tomarías la vida?"

 

La dejé varios minutos en silencio, meditando.

 

Al terminar, cuando volvió a abrir los ojos, le pregunté qué había pensado, y fueron dos cosas: 1. Se ocuparía de compartir sus últimos días con sus seres queridos. 2. "No le daría tanta importancia a muchas cosas".

 

El ser humano, por algún motivo, básico para su supervivencia, tiene la facultad de vivir como si no fuera a morir nunca. Y, por una parte, menos mal, porque si estuviéramos constantemente pensando en que nos vamos a morir la vida sería un infierno, ya que viviríamos aterrados. Pero una cosa es eso y otra... vivir como si no fuéramos a morir nunca. Ser conscientes de que somos seres finitos no es lo mismo que pensar siempre en la muerte.

 

Más bien es, como decía Eduard Punset, recordarse a uno mismo que hay vida antes de la muerte. Y que, por ello, porque está antes, porque es lo que es aquí y ahora, no hay que pensar en la muerte sino hacer lo que hizo Pau durante toda su enfermedad, pensar en la vida o, mejor dicho, ocuparse de vivir la vida.

 

Y cuando le damos demasiada importancia a cosas que no la tienen, restamos vida a la vida.

 

No importa el qué dirán, no importa fracasar, no importa que no se cumplan las expectativas, no importa no saber cuál es "la decisión correcta", no importa ser rechazado o no encajar, no importa la decepción o el abandono, no importa que te sientas un día mal, no importa que tengas miedo hoy, no importa...

 

Qué importancia tiene todo eso cuando las palabras que te den el aliento que te falta te las puedes decir tú mismo, cuando puedes convertir cada fracaso en un aprendizaje, cuando lo importante es que te aceptes y te quieras, cuando tras cada decisión incorrecta se esconden muchas más posibilidades, cuando te dan la espalda pero luego sigues caminando y encuentras muchos brazos abiertos, cuando después de cada lágrima puede aparecer una sonrisa y el miedo es derrotado por el coraje...

 

... el coraje de vivir sabiendo que un día no habrá un mañana.

 

Y que por eso no importa todo lo que le quite valor a mi hoy.

 

Porque, como dijo otro músico que se nos fue demasiado pronto:

 

Nothing really matters (nada importa demasiado)

Anyone can see (cualquiera lo puede ver)

Nothing really matters (nada importa demasiado)

Nothing really matters to me (nada importa demasiado para mí)

 

Anyway the wind blows (allá donde el viento sople)

Freddy Mercury.

 

Cuestiona todo lo que digo; la duda nos acerca más a la verdad.

 

Si te gustó el post, no te lo quedes solo para ti, compártelo por favor.

 

Si te gusté yo, hago terapia psicológica en consulta en Málaga y online para el resto del mundo.

 

Y recibe este abrazo.

Envía tu comentario

Nombre

Email

Comentario

    Suscríbete

    Nombre

    E-mail