Mientras más experiencia tengo como psicólogo, más consciente soy de la importancia de dos factores claves en los procesos de mejora de un paciente o de cualquier persona inmersa en un estado de malestar psicoemocional: la comprensión y la autocompasión.
Entender qué te pasa, por qué, cómo te afecta, qué consecuencias tiene, cuáles son tus alternativas.
Y, en lugar de juzgarte, exigirte, culparte o automachacarte, darte el autocuidado que necesitas. Acompañarte bien en tu proceso. Ayudarte, dándote tiempo y proporcionándote todo aquello que, dentro de lo malo, te haga estar un poquito mejor. Hablo de autocompasión, pero lo suyo sería que no fuera solo "auto", y que el entorno de la persona participara en ese apoyo y cuidado.
Pues bien, es de este segundo factor clave del que quiero hablar en este post, porque encuentro que, quizá, el mayor gesto de autocompasión que podemos tener hacia nosotros mismos es decirnos "Esto me cuesta" o "Cuando tengo que pasar por algo como esto, lo llevo mal".
Nos cuesta reconocer y aceptar nuestra propia vulnerabilidad y el resultado suele ser que la rechazamos. Si algo nos cuesta, nos decimos (aunque sea en un nivel muy inconsciente) "No debería costarme", o si lo pasamos mal ante algo que, quizá, valoramos como demasiado insignificante para que nos provoque ese malestar, o nos comparamos con otros que no lo pasan mal ante lo mismo, nos decimos "¿Qué pasa? No debería reaccionar así. ¿Por qué? ¡Seré tonto!"
Spoiler: no ayuda.
Sin embargo, sí que ayuda conocer bien cuáles son tus puntos débiles, tu lado más vulnerable, para que no te pillen de sorpresa tus respuestas emocionales intensas, ¡que son las tuyas, no las de otros, las tuyas! (los demás tendrán las suyas también), y así ser un aliado, no un crítico ni un tirano, cuando tengas que pasar por una situación difícil o un periodo de malestar.
Por ejemplo:
- Si tienes que enfrentar una reunión laboral al día siguiente, y estás nervioso, no le des vueltas en la cama pensando que tus compañeros son más seguros que tú y que no es bueno que te pongas así porque entonces no vas a poder dormir e ir en buenas condiciones a la reunión. ¡No puedes evitar ponerte nervioso! Y no puedes evitarlo porque te afecta, a ti, y, seguramente, por tus experiencias vitales, si te afecta, ¡es que existen buenas razones para que te afecte! Acéptalo, permítete, haz solo aquello que te ayude a sobrellevarlo, y en la reunión exígete, únicamente, hacerlo lo mejor que tú puedas. Porque no puedes hacerlo mejor que eso, y con eso ya está bien.
- Si estás atravesando por un periodo de vulnerabilidad (quizá desmotivación tan solo, o tal vez sea una depresión), no te exijas estar bien. Suficiente tienes ya con lo tuyo como para soportar, encima, esa frustración. ¿No crees que si pudieras estar bien, lo estarías? ¿Y que si existiera un botón que te quitara esos síntomas, le darías? Spoiler: no, no hay botón. Pero sí puedes activar el botón de la autocompasión: entender que las prisas y las presiones juegan en tu contra, darte tiempo, permitirte estar low y slow, descansar, hacer más lo que más te ayuda a estar bien, y, por supuesto, si no lo hiciste todavía, pedir ayuda.
Se suele decir "Hay gente que se ahoga en un vaso de agua". Pues, spoiler: a todos nos puede pasar de vez en cuando. Porque todos tenemos esos puntos débiles que, cuando nos los tocan, saltan nuestras inseguridades, miedos o zonas traumadas. Puede que alguien sea un crack hablando en público y, cuando le toca enfrentar algún conflicto, lo evita por ansiedad. Puede que alguien sea el alma de las fiestas y, cuando está solo, se viene abajo. Puede que alguien sea un mákina ayudando a los demás y luego no sepa cómo ayudarse a sí mismo.
O solo que le cueste un poquito más.
Todos tenemos nuestras luces y nuestras sombras. Autocompasión es abrazar nuestras sombras. Y cogernos de la mano para transitar lo mejor posible a través de senderos oscuros.
Cuestiona todo lo que digo, la duda nos acerca más a la verdad.
Si te gustó el post, comenta y comparte, no te lo quedes solo para ti, porfa.
Si te gusté yo, hago terapia psicológica en consulta en Málaga y online para el resto del mundo. También tengo un par de libros.
Y, amando tus sombras, ¡recibe este abrazo!