
SENTIRSE MAL Y NO SABER POR QUÉ
No siempre hay un por qué. No siempre hay que saberlo. No siempre lo sabemos y lo enfrentamos.
No siempre hay un por qué. No siempre hay que saberlo. No siempre lo sabemos y lo enfrentamos.
Escribir es sano, es bienestar, es felicidad, es vida, es PAZ.
El perdón no es un acto ligado al olvido, sino a la empatía, al entendimiento y, sobre todo, al amor hacia uno mismo.
Existen dos fórmulas matemáticas, más o menos exactas, para el enfado y el desenfado. Tú eliges cuál quieres aplicar.
No. La verdad es que no. No quiero hacerte a ti, no quiero que me des a mí, no quiero tu permiso para tenerte porque simplemente, no quiero tenerte.
Hay tres cosas básicas que todos hemos de aprender a hacer más, en nuestra relación con los demás: pedir, decir que no, aceptar los 'noes'.